LA APACHITA



La palabra apachita significa en kichwa lugar de parada o reposo. En general se las encontraba en los pasos de la cordillera y se las reconocía por los amontonamientos de piedras pequeñas arrojadas por los chasquis, los arrieros o los caminantes, en tributo de gratitud a Pachacamac, por haberles facilitado un transito feliz por las montañas. Garcilaso y Polo de Ondegardo señalan que se dejaban también como ofrendas bolas de coca, palos, tierra, sandalias viejas y plumas. Con el paso del tiempo, puñados de piedrecitas y otros objetos se convirtieron en pirámides de 2 a 3 metros de altura. En un intento de cristalizar estos monumentos, el Concilio Provincial de Lima (1567) ordenó a los sacerdotes desmantelarlos y plantar cruces en su lugar, lo que no ha evitado que aun hoy sigan creciendo las apachitas, a veces adornadas hasta con flores. En el Ecuador es muy conocida la apachita de las Tres Cruces, en el Nudo del Azuay (grabado tomado de Paul Marcoy, Voyage de l´Oceán Atlantique, a travérs l`Amérique du Sud. Le Tour du monde, 1862) Texto: Ernesto Salazar.

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